Horizontes de grandeza
Una película –l a imagen con la que presento esta entrada – resume la anticipada añoranza por un mundo que fue, que dejará de ser, que acaso no supimos merecer porque nos exigía demasiado. O porque hay quienes ponen todo su empeño, su oscuridad y malignidad en enturbiarlo todo, ya sean los cielos, las relaciones sociales y la vida misma. Cuando era muy niña, aprendí a valorar el cine bueno – no solamente el artísticamente bueno, sino el que consigue cambiarnos, transformarnos, a través de la emoción, de un excelente guion, de lo visual y de la actuación de los mejores – de la mano de Garci y Balbín, que hacían programas de la más elevada calidad. ¡Qué tiempos aquellos! Y por esas cosas de la memoria, al volver a ver una de esas películas que dejan poso en el alma, una las disfruta más, saboreando, paladeando y anotando mentalmente tal o cual detalle que la falta de madurez hubiera pasado por alto. Exactamente así me sucedió con la p...